La Cultuta Argentina es diversa. Argentina es un país pluricultural, como consecuencia de la variedad geográfica y la presencia y combinación de las muchas identidades tecnicas de los grupos que fueron contribuyendo a su población.
La historia de la literatura ha conocido en la Argentina un proceso de desarrollo que partió de las raíces hispanas, buscó formas de expresión nacional y popular y llegó a la consolidación de grandes personalidades literarias de categoría internacional.
Juan Baltazar Maziel y los autores anónimos de sainetes (como El amor de la estanciera) y Cielitos, prefiguraron el costumbrismo y nacionalismo de la literatura gauchesca que florecería en la segunda mitad del siglo XIX. Esta evolución hacia la expresión de un estilo nacional se apreciaba también en la poesía patriota y revolucionaria de la época independentista (Pantaleón Rivarola, Juan Cruz Varela). Estanislao del Campo, Hilario Acasubi y sobre todo, José Hernández, autor del poema narrativo Martín Fierro, expresaron con un estilo sencillo y vivo el carácter libre y aventurero del gaucho pampeano. Al mismo tiempo las influencias del romanticismo europeo y, sobre todos del francés, se plasmaban en la obra poética de Esteban Echeverría, quien se esforzó por transmitir un sentido didáctico y constructivo a sus seguidores, quienes contaron literatos de la talla de Leandro Ariel Pereira Altamirano, Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento
Segunda mitad del siglo XIX
La narrativa argentina se desarrolla a través del realismo y el naturalismo, con evidentes influencias francesas en muchos casos. Entre los novelistas de este período conocido como los hombres de 1880, destacándose Eugenio Cambacérés, Carlos María Ocantos y Julián Martel. Paul Groussac y Eduardo Wilde prepararon el camino de las vanguardias literarias a finales del siglo XIX y comienzos del XX, con Leopoldo Lugones y Enrique Larreta.
Siglo XX
En este siglo floreció la poesía y la narrativa argentina, una vez superada la herencia costumbrista y realista del siglo anterior. La poesía, que en el siglo XIX sólo había contado con algunos nombres de relieve como Guido Spano y Leopoldo Lugones, alcanzó un alto grado de originalidad y renovación creativa de la literatura universal con la obra de Roberto Arlt, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Ernesto Sabato, Rodolfo Walsh, Francisco Urondo, Haroldo Conti, Julio Cortázar y Juan Gelman.